domingo, 24 de mayo de 2009

Producción Nro. 3: "Decreto para amigarse con la lectura"

Por Sofía, Cecilia, Angelina P. y Maximiliano.

VISTO

Que durante el ciclo lectivo 2008, los alumnos de Primer año Ciencias Naturales no se sintieron a gusto con la forma en que fue planteada la actividad de la lectura.

CONSIDERANDO

Que años anteriores tampoco disfrutaron de historias, cuentos, comedias, entre otros que hayan sido de su agrado y que dicha situación provocó un rechazo total hacia cualquier tipo de libro.

La Asociación "Chicos rebelados contra la lectura":

DECRETA, el día 12 de marzo del 2009 en el establecimiento escolar Instituto “María Grande” -D34, a las 12:13h que

Art.1.- El libro deberá ser leído de forma no obligatoria.

Art.2.- Deberá haber gran variedad de libros, ya que cada uno de los alumnos tiene su propio gusto.

Art.3.- Para ser más llevadera la actividad de la lectura, la profesora deberá leer a sus alumnos.

Art.4.- Se podrá expresar libre opinión sobre los libros.

Producción Nro. 2 "La lectura de los adolescentes"

Por Alejandra, Belén, Stefanía y Daiana

Para los adolescente leer y escribir resulta aburrido, embolante, desagradable cuando esto debería ser todo lo contrario. En los colegios los docentes tendrían que buscar otro método para que esto cambie, que la lectura sea un entretenimiento y no una obligación, y que sea placentera.

A veces leer por obligación nos resulta difícil ya que sabemos que luego tenemos que realizar actividades, en cambio cuando es por gusto propio podemos elegir lo que queremos saber y nos gusta leer. La causa de esto es la influencia de la sociedad ya que, los medios de comunicación no se han ocupado de incentivar a la lectura.

Producción Nro. 1: "La lectura a lo largo del tiempo"

Por Angelina, Jesica, Melissa y María Emilia

Estas son algunas de nuestras experiencias vividas en cuanto a la lectura en distintas instituciones a lo largo de nuestros años en la escuela.

En general tuvimos algunas similitudes y otras diferencias.

En jardín las maestras dedicaban un par de horas diarias para leernos. Todos llevábamos almohadas o alfombras, los colocábamos en el piso y gozábamos que nos lean cuentos, propios para la edad, que nos provocaban una gran paz al punto que muchos llegaban a dormirse.

En la primaria le lectura dejó de ser totalmente placentera ya que en lugar de escucharla debíamos hacerla nosotros.

“En la escuela de campo nos leían o leíamos nosotros y luego realizábamos un pequeño cuestionario sobre lo leído”.

María Emilia

“En la Escuela 67 nos hacían leer los cuentos que estaban en los manuales de trabajo y en base de esto realizábamos actividades.

Otra forma de incorporar la lectura era en un taller destinado a ella, en el cual cada uno elegíamos un libro para leerlo en biblioteca”.

Angelina B.

“En la Escuela 168 nos hacían llevar libros o revistas y debíamos leerlos en voz alta.

También en 5° grado todos conseguimos el libro de “Cuentos de la selva” de Horacio Quiroga para en los módulos de lengua leerlo juntos.

En 6° grado nos dieron sólo dos opciones de libros para llevarnos y leer en nuestras casas, pero muy pocos los leían ya que no nos agrandaban.

Una forma de reconocer todo el desempeño en la lectura que tuvo una alumna fue obsequiarle un libro en el acto de colación.

También, en esta escuela se conmemoraba el día del libro realizando un acto informal en el que participaban los estudiantes”.

Jesica y Melissa

En la secundaria la lectura no superó nuestras expectativas, aunque cabe destacar que en octavo año, tiempo en el que realizábamos nuestros cuentos, estuvimos muy sumergidos en ella ya que había una gran variedad y que debíamos recopilar información para poder realizar el libro.

Y en 9° y 1° año se convirtió en una obligación porque los libros no eran de nuestro agrado por la poca variedad, calidad, cantidad y por la tarea que seguía después de leerlos, que consistía en hacer una reseña que se tornaba un tanto fatigosa.

A modo de conclusión si tuviéramos que destacar los tiempos en que sobresalió o agradó más la lectura sería en jardín y 8° grado; dos experiencias totalmente diferentes ya que la escuchábamos y en la secundaria lo realizábamos nosotros.